¿Qué es?
La Leishmaniasis es una enfermedad provocada por un parásito denominado Leishmania, según datos de la Organización Mundial de la Salud, (OMS), afecta a unos 12 millones de personas repartidos en 88 países del mundo, se encuentra presente en América, Europa, África, Medio Oriente y Asia.
Afecta a roedores, perros y diversos mamíferos salvajes. Los vectores de Leishmania son insectos que pertenecen a la subfamilia Phleb1otominae, algunas especies del género Lutzomya en América y del género Phlebotomus en el viejo mundo. La hembra de éste cuando pica a un animal o persona infectada por Leishmania ingiere el parásito con la sangre que absorbe, una vez en el interior, el parásito continúa su ciclo de maduración y sufre una intensa multiplicación para posteriormente, cuando vuelva a picar a otra persona, infectarla.
Existen distintas formas de la enfermedad:
– Cutánea; úlceras en la piel de la cara, los brazos y las piernas, (zonas más expuestas a la picadura del mosquito), pueden dejar cicatrices permanentes,
– Mucocutánea; igual que la anterior pero además de a la piel afecta también a cartílago por lo que puede dar lugar a deformaciones.
– La leishmaniasis visceral, también conocida como Kala Azar, es la forma más grave de la enfermedad, siendo mortal casi en la totalidad de los casos si el enfermo no recibe el tratamiento adecuado, los síntomas de esta variante incluyen accesos de fiebre, pigmentación de la piel, pérdida de peso y alteración de los componentes sanguíneos.
Existe tratamiento para esta enfermedad, pero debe realizarse bajo control médico, se utilizan los antimoniales pentavalentes, como el estibogluconato sódico o el antimoniato de meglumina, están contraindicados en personas que padezcan una insuficiencia renal, hepática o cardiaca y en aquellas afectadas por tuberculosis. Otros medicamentos utilizados son la anfotericina B, la pentamidina y el ketoconazol.
¿Cómo se previene?
Ningún fármaco ni vacuna se ha mostrado eficaz en la prevención de la enfermedad, por lo que es necesario utilizar otras medidas preventivas, principalmente aquellas encaminadas a prevenir la picadura de mosquitos y controlar su población, por otro lado las horas de mayor actividad del mosquito son entre el anochecer y el amanecer, por lo que en este intervalo de tiempo si se sale al exterior hay que intentar cubrir la mayor parte del cuerpo con ropa y aplicar repelentes en las zonas descubiertas.